A Brian Stanley le diagnosticaron cáncer en su ojo izquierdo a los 6 años. Su vida continuó de forma normal, llegando a completar sus estudios superiores, hasta que tomó una decisión que lo cambió para siempre.
Se interesó en la tecnología, en los prototipos y en lo que tuviera relación con el titanio, descubriendo que nadie había creado uno según le relató al portal “Know the Glow”.
Lejos de pasar por el quirófano, decidió inventarse su propio “ojo biónico”, el que lo incorporó hace tres años. Le dice “Lámpara craneal de titanio” y tiene una autonomía de cerca de 20 horas sin calentarse.
Mediante diversas publicaciones en sus redes sociales, ha contado sus vivencias, sensaciones y conclusiones de este “experimento”, mostrando las alternativas y ventajas que le ha brindado.
Una de las cosas que contó fue que “sólo he usado mi prótesis normal tal vez un par de veces en los años después de hacer mis prótesis de titanio, por lo que fue un poco sorprendente recordar que de hecho puedo parecer ‘normal’ a veces”.
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